Buscapé tiene 11 años y vive en Ciudad de Dios, un suburbio de Río de Janeiro. A pesar de que la vida en este barrio está dominada por robos, peleas y enfrentamientos diarios con la policía, Buscapé prefiere quedarse al margen. Él sueña con ser fotógrafo. Dadinho tiene su misma edad y también tiene claro su futuro, aunque muy distinto. Ambiciona convertirse en el criminal más famoso de Río de Janeiro. Con el paso del tiempo ambos conseguirán que sus sueños se hagan realidad. Buscapé entrará a trabajar en un periódico y Dadinho, que cambia su nombre por el de Zé Pequeño, se convertirá en el narcotraficante de cocaína más temido y respetado de Río de Janeiro.
Es innegable que “Ciudad de Dios” gira temáticamente en torno a la pobreza y a la violencia. Con ello, y pese a presentar un escenario muy local –la periferia carioca-, logra suficiente capacidad vinculante para que todos los latinoamericanos nos sintamos de alguna manera interpelados por ella. Puede decirse que la historia que se relata ya ha sido entonada antes por otros coros, y que lo que cambia de una versión a otra son sólo las voces y el escenario. Ahora es una favela, pero podría perfectamente ser una villa miseria bonaerense (“Dársena Sur” Reyero, 1997) unapoblación callampa chilena (“El Niki: Caluga o menta” Justiniano, 1989), un suburbio ecuatoriano (“Ratas, ratones, rateros” Cordero, 1999) o una villa venezolana (“Huelepega” Schneider, 1999).
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